jueves, 6 de junio de 2013

Eurípides


(Salamina, actual Grecia, 480 a.C.-Pella, hoy desaparecida, actual Grecia, 406 a.C.) Poeta trágico griego. De familia humilde, Eurípides tuvo como maestros a Anaxágoras, a los sofistas Protágoras y Pródicos y a Sócrates, cuyas enseñanzas se reflejan en su obra. 

Estatua de Eurípides
Eurípides es conocido principalmente por haber reformado la estructura formal de la tragedia ática tradicional, mostrando personajes como mujeres fuertes y esclavos inteligentes, y por satirizar muchos héroes de la mitología griega.

Las obras de Eurípides representan un cambio de concepción del género trágico, de acuerdo con las nuevas ideas que había aprendido de los sofistas; así, su escepticismo frente a las creencias míticas y religiosas es manifiesto en sus obras, que rebajan el tono heroico y espiritual que habían cultivado Esquilo y Sófocles a un tratamiento más cercano al hombre y la realidad corrientes.

El héroe aparece retratado con sus flaquezas y debilidades, dominado por oscuros y secretos sentimientos que le impiden enfrentarse a su destino, del que finalmente es liberado por la intervención de los dioses al término de la obra (recurso llamado deus ex machina, por los artilugios escénicos que usaba para introducir al dios); otras innovaciones suyas son la introducción de un prólogo y la asignación de un papel más reducido al coro. En sus tragedias pasa a primer término el tratamiento psicológico de los personajes, de gran profundidad. 

Una de sus obras más aclamadas, Medea, narra lo sucedido después de que Jasón consiguiera el vellocino de oro. A pesar de ser amante de Medea, se promete en matrimonio a Glauce, hija del rey Creonte de Corinto, ante el espanto de Medea, que ve su lecho deshonrado.

Creonte, que había planeado el matrimonio, ante el temor de que Medea, sabia y hábil, se vengue, ordena su destierro inmediato.

Pero Medea, fingiéndose sumisa, pide un solo día de plazo para salir al destierro. Ese plazo lo aprovecha para realizar unos presentes a Glauce: una corona de oro y un peplo que causan la muerte por el simple contacto.

Enlace a la obra completa: Medea de Eurípides 

Gabriel Flores

¡Nerón despreocupado!

Nuestra adorada ciudad de Roma sufrió un gran incendio de dudosa procedencia. El pánico cundió sabroso y uno podría pensar que nuestro Emperador Nerón pondría manos a la obra pero no:


¡SE PUSO A TOCAR!

Algunos informan que incluso fueron sus hombres lo que provocaron el siniestro, para que el buen hombre se entretuviera, porque toda catástrofe necesita un poco de música. Seguiremos informando.

Gabriel Flores

Sófocles

 
(Colona, hoy parte de Atenas, actual Grecia, 495 a.C.-Atenas, 406 a.C.)




Hijo de un rico armero llamado Sofilo, a los dieciséis años fue elegido director del coro de muchachos para celebrar la victoria de Salamina. En el 468 a.C. se dio a conocer como autor trágico al vencer a Esquilo en el concurso teatral que se celebraba anualmente en Atenas durante las fiestas dionisíacas, cuyo dominador en los años precedentes había sido Esquilo.

Comenzó así una carrera literaria sin parangón: Sófocles llegó a escribir hasta 123 tragedias para los festivales, en los que se adjudicó, se estima, 24 victorias, frente a las 13 que había logrado Esquilo. Se convirtió en una figura importante en Atenas, y su larga vida coincidió con el momento de máximo esplendor de la ciudad. 

La obra de Sófocles se caracteriza por tener personajes solidos, bien definidos, lo que llamamos arquetopos. El mejor ejemplo sería Edipo.

Edipo rey es quizá la más célebre de sus tragedias, y así Aristóteles la consideraba en su Poética como la más representativa y perfecta de las tragedias griegas, aquella en que el mecanismo catártico final alcanza su mejor clímax. He aquí una pequeña reseña.

 


 Gabriel Flores

Safo de Lesbos



La décima musa 

Título dado por Platón dos siglos después de su muerte.

De las pocas mujeres -por no decir la única- que resaltaron en la antigua Grecia es Safo de Lesbos.
De su vida se sabe poco y la mayoría son cosas que aún no han sido comprobadas. Se dice, por ejemplo, que fue maestra y fundadora de una escuela para señoritas en donde la contemplación de el arte y la belleza eran la principal materia en cuestión.
La pasión, el amor, el romance y las mujeres con quienes convivía eran la principal fuente de inspiración para sus poemas de prosa ahora llama sáfica.
Vivió en Lesbos, actual Grecia entre el siglo VI o VII a.C.

Fragmento:
I
Yo te juro, por la amistad nuestra,
que escojas a otra de más pocos años,
pues yo, que mucho con la edad te excedo,
nada te sirvo.


A su enamorado.

Me parece igual a los dioses
el hombre aquel que frente a ti se sienta
y a tu lado absorto escucha mientras
dulcemente hablas
y encantadora sonríes. Lo que a mí
en el pecho me arrebata;
apenas te miro y entonces no puedo
decir ya palabra.
Al punto se me espesa la lengua
y de pronto un sutil fuego me corre
bajo la piel, por mis ojos nada veo
los oídos me zumban,
me invade un frío sudor y toda entera
me estremezco, más que la hierba pálida 
estoy, y a penas distante de la muerte 
me siento, infeliz. 




Fatima Marisol Contreras Vázquez


Comediógrafo, griego, conservador: Aristófanes.



En su obra Las nubes...

Es una de sus once comedias que aún se conservan y, al parecer, dejó legado algo excéntrico o impensable...
La "britney-señal" no será ya más considerada una expresión moderna después de enterarnos que apareció en Las nubes de Aristófanes. Así es, datos curioso. Siempre conservador, claro.


En la comedia, aparece un rústico al que le hablan de un verso dáctilo (en griego, dedo), el susodicho levanta el mayor y cuestiona: "¿Cuál...? ¿Éste?", con lo que provoca los aplausos, risas y asombros en el público.


Diego Daniel López

Virgilio

Publio Virgilio Marón

(Publius Vergilius Marón)


Su fecha de nacimiento: Como el de todos los poetas latinos, no se sabe con exactitud la fecha de su nacimiento pero se dice que fue entre el año 70 a.C y el 19 a.C.


Su lugar de nacimiento: Andes, hoy Pietole, actual Italia.


Su muerte: En el 19 a.C emprendió un viaje por Grecia y Asia con la intención de conocer los paisajes que se mostraban en su obra maestra, la Eneida. Durante viaje enfermó de gravedad, y en su lecho de muerte, le pidió a sus amigos Varino y Plocio que destruyeran la Eneida por considerarla imperfecta, ruego que no fue atendido por ordenes de Augusto.


Ocupación: Fue un poeta romano formado en las escuelas de Mantua, Cremona, Milán, Roma y Nápoles. Inspirado por sus protectores escribió las Geórgicas en la cual incita y resalta la belleza de la vida campesina, de la labranza, la ganadería y la apicultura.



Obras: las principales son
Las Bucólicas. Principal referente de la poesía bucólica, referente al campo.
La Eneida. Obra maestra. Trabajó en esta epopeya latina desde el año 29 (aproximadamente) hasta el final de días.
Las Geórgicas. Consta de 2188 hexámetros, está dividido en cuatro libros, tiene un carácter didáctico y está inspirado en Los trabajos y los días de Hesíodo.







Influyó a:  Ovidio, Dante, Estacio, Ludovico Ariosto, William Shakespeare, Jorge Luis Borges, entre otros.










Fatima Marisol Contreras Vázquez.

Suetonio

El Gayo Tranquilo


Al parecer el nombre le quedó corto a este autor, y es que de "Tranquilo" Suetonio no tenía nada, si no me creen, pregúntenselo a los doce Césares que despedazó en su obra titulada de la misma forma.
Ya sin exageraciones, Suetonio fue un biógrafo e historiador romano muy famoso en su época (70-126 aproximadamente). De su obra, se dice, fue muy extensa pero actualmente sólo se conservan dos: Los Doce Césares y De grammaticis et rhetoribus, siendo la primera la más famosa por las intimidades que cuenta de los emperadores.

Los Doce Césares:
Descarga. http://uhphistoria.files.wordpress.com/2011/02/gaio-suetonio-los-doce-cesares.pdf




Fatima Marisol Contreras Vázquez.

Συμπόσιον

(El banquete, Platón)


El estilo de Platón en sus obras literarias, es fundamentalmente el diálogo. El banquete es una de sus obras cumbre. Sócrates aparece en este afamado texto.

En este banquete narrado por Platón, podemos ver los puntos de vista de los personajes acerca del tema que incumbe a todos: El amor.

Aquí una síntesis de la obra:

 El primero en realizar el discurso es Fedro, y dice lo siguiente:
-Eros es el dios más anciano. Es el que hace más bien a los hombres, porque no hay mayor ventaja para un joven que tener un amante virtuoso, ni para un amante, que el amar un objeto virtuoso. Inspira al hombre la vergüenza del mal y la emulación del bien. Inspira valor, ya que “sólo los amantes saben morir el uno por el otro”. En el alma del que ama hay divinidad. De todos los dioses, Eros es el más capaz de hacer feliz al hombre.

El segundo en hablar es Pausanias, y lo hace de la siguiente manera:
-Hay dos Afroditas, y por lo tanto dos Eros. La Afrodita popular y la Afrodita Urania. El amor que acompaña a la primera es el del cuerpo y, por tanto, no dura. El amor que acompaña a la segunda es el del alma y, por tanto, es duradero. El amor es bello si es honesto. Es bello cuando la causa es la virtud, éste es el amor de la Afrodita Urania. Todos los demás pertenecen a la Afrodita popular.

Luego habla Erixímaco, y dice lo siguiente:
-El amor reside en todos los seres. Es preciso complacer a los hombres moderados y a los que están en camino de serlo, y fomentar su amor, el amor legítimo y celeste, el de la musa Urania. Pero respecto al amor vulgar, no se le debe favorecer sino con gran reserva y de modo que el placer que procure no pueda conducir al desorden. Cuando el amor se consagra al bien y se ajusta a la templanza y a la justicia, nos procura una felicidad perfecta.

El siguiente en hablar es Aristófanes:
-Eros es el dios más beneficioso. Es el protector y médico de los hombres, cura los males que impiden la felicidad. En un principio la naturaleza humana era distinta, había tres tipos de hombres: los dos sexos existentes, y otro compuesto por estos dos y llamado andrógino. Todos los hombres eran dobles. El sol produce el sexo masculino, la tierra el femenino, y la luna el compuesto de estos dos. Como eran tan poderosos querían escalar al cielo a luchar contra los dioses, y por ello, Zeus los dividió en dos mitades. A partir de ahí, hacían esfuerzos por encontrar a su otra mitad, y cuando se encontraban no querían separarse la una de la otra. Los hombres que provienen de andróginos aman a las mujeres, y las mujeres a los hombres. Las mujeres que provienen de las mujeres primitivas, aman a las mujeres. Y los hombres que provienen de los hombres primitivos aman a los hombres. El amor es el deseo de encontrar esa mitad que nos falta.

Ahora habla Agatón:
-Eros es el más bello y mejor de los dioses. Es el más joven y siempre es joven. Es delicado. Fija su morada en los corazones y en las almas. Es sutil. Es justo y templado. Es un poeta tan entendido que convierte en poeta al que quiere.

El último en hablar del amor es Sócrates, que dice esto:
-Uno desea lo que no tiene. El amor es el amor de la belleza, luego el amor no puede ser bello. Y como lo bello es bueno, tampoco puede ser bueno. Como todos los dioses son bellos y buenos, Eros no puede ser un dios, pero tampoco es humano. Es un demonio. Los demonios son intérpretes y medianeros entre los dioses y los hombres, la adivinación procede de los demonios. Por una parte no es bello ni delicado, pero por otra parte está siempre a la pista de lo que es bello, varonil, atrevido, etc. Como la sabiduría es bella, ama la sabiduría, por tanto es filósofo. El amor consiste en querer poseer siempre lo bueno. El objeto del amor es la producción y generación de la belleza. Y también la inmortalidad es su objeto. El que quiere aspirar a este objeto desde joven, debe amar a los cuerpos bellos, pero debe amar a todos los cuerpos bellos, y además, debe considerar al belleza del alma como más importante que la belleza del cuerpo.

En el banquete entra Alcibíades, y habla sobre Sócrates, diciendo que es un sátiro burlón y descarado. Que se burla de todos haciéndose el ignorante. Que dice no saber nada pero que en él hay muchos tesoros.


Diego Daniel López

Anacreonte: Un poeta enamorado




Estoy enamorado de Cleóbulo,
y enloquezco por Cleóbulo,
y contemplo a Cleóbulo.

Flotando siempre entre deseos y amores, Anacreonte deja huella con su obra en la poesía universal. Versos que se dirigen a sus anhelados conquistados y conquistadas, que vislumbran compactos destellos de feliz enamoramiento.

Señor, con quien el domador Eros
y las Ninfas de ojos azules
y la tornasolada Afrodita
juegan, y recorres
las altas cumbres de las montañas,
de rodillas te suplico, y tú, propicio
ven a nosotros, y mi agradecida
plegaria escucha.
Y para Cleóbulo sé buen
consejero: que mi amor,
oh Dioniso, acepte.

Aquí están algunos versos de este encaprichado poeta de la ciudad de Teos, rogándole a los Dioses por sus bienqueridos jóvenes. Que no quepa duda de la gran capacidad de Anacreonte para inducir al lector a sus, ahora, insospechados escenarios.


También engrandece a la amistad...


No es amigo el que, junto a la crátera llena bebiendo vino,
contiendas y guerra lacrimosa narra,
sino quien, de las Musas y de Afrodita los dones espléndidos
mezclando, rememora el gozo amable. (Fr. 56).



Diego Daniel López

Heródoto

Heródoto de  Halicarnaso fue un historiador y geógrafo griego que vivió entre el 484 y el 425 a. C.
Se le considera el padre de la historiografía.

 La gran obra histórica de Herodoto, múltiple y compleja, es difícil de resumir: su finalidad y sus narraciones son varias y muy diferentes entre sí, por lo que, en un primer momento, cuesta ver el principio unificador de tan diversos materiales.

Para reunirlos, Herodoto recurrió, como ya se ha dicho, a sus muchos viajes a lo largo del mundo conocido; de allí, extrajo sus fuentes de información y sus datos.

A pesar del enorme éxito obtenido por Herodoto, pronto comenzaron las críticas de parte de los historiadores posteriores, que le acusaban de ser poco riguroso con los datos. Uno de sus primeros críticos fue Tucídides, quien se refiere a su método como algo efímero y válido sólo para un instante, es decir, apto únicamente para la lectura y el disfrute.

Lo cierto es que Herodoto se convirtió en una fuente inexcusable para todos los historiadores del mundo antiguo, que poco a poco fueron rectificando algunas de sus informaciones sobre países lejanos y exóticos.
Su principal obra fue "Los nueve libros de la historia". El prólogo analiza las relaciones antiguas entre Asia menor y Grecia: Ío raptada por los fenicios; Europa y Media por los griegos; Helena por los troyanos.

1.- Clío: la victoria de Ciro II el Grande sobre el lidio Creso, la conquista de Asiria y del pueblo masageta.
2.- Euterpe: la conquista de Egipto por Cambises II (hijo de Ciro).
3.- Talía: el reinado de Darío I.
4.- Melpómene: el reinado de Darío.
5.- Terpsícore: la Primera Guerra Médica (la revuelta jónica y digresiones sobre la historia de Esparta y Atenas).
6. Erato: la Primera Guerra Médica (la reacción de los griegos y la victoria de Maratón).
7.- Polimnia: la Segunda Guerra Médica.
8.- Urania: la Segunda Guerra Médica.
9.- Calíope: la Segunda Guerra Médica.


Gabriel Flores

Catulo

Cayo Valerio Catulo nació en Verona, actual Italia, h. 87 a.C. y murió en Roma, h. 54 a.C. Poeta latino. Los versos de Catulo, especialmente los dedicados a su amor por Lesbia, seudónimo de Clodia, hermana del tribuno Clodio, son de gran realismo y fuerza expresiva. 



"Vivamos y amemos, oh Lesbia mía,
y démosles menos valor que a un as
a las voces de los viejos severos.
Los astros pueden morir y volver;
muerta nuestra breve luz, deberemos
dormir una última noche perpetua.
Dame mil besos, seguidos de un ciento;
luego otros mil, luego un segundo ciento;
luego otros mil seguidos, luego un ciento.
Después, hechos ya muchísimos miles,
revolvámoslos, para no saber
ni nosotros, ni el malvado que mira
acechante, cuántos besos nos dimos."


Conocido como doctus por su gran dominio de la poesía griega, dejó 116 poemas de valor e inspiración muy desiguales.

 Gabriel Flores

miércoles, 5 de junio de 2013

El asno de oro: magia y rituales


El asno de oro, también conocido como “La metamorfosis”, es una novela de Lucio Apuleyo. Fue escrita en el siglo II d. C. y es la única novela latina completa que se ha encontrado.

La historia, posiblemente una adaptación de un trabajo original griego, tiene fecha de creación imprecisa, algunos afirman que fue escrita en los años 158 o 159 mientras otros sostienen que fue al final de la carrera de Apuleyo, entre 170 y 180. El autor del trabajo que posiblemente inspiró El asno de oro es Lucio de Pratae, pero se desconoce si era el nombre del autor o del protagonista de la obra. Precisamente, el praenomen de Apuleyo, Lucio, se toma del protagonista de esta novela.

La novela tiene características de la novela picaresca, además de tener episodios que aluden a hechos famosos, todos entretenidos, y que le dan un carácter chusco a la obra, a pesar de que muchos son tragedias.

Son incluso estas historias alternas, que aparecen como pequeños cuentos y podrían haberse publicado independientes, los que mantienen al lector interesado y entretenido, pues si bien pueden parecer completamente ajenos a la trama, están en cierta manera involucrados y hacen más rica la obra; pero de forma que no distraen de la historia principal.

La historia comienza con Lucio, quien se dirige a Tesalia por asuntos de negocio, cuando se encuentra con dos viajeros. Uno de ellos es Aristómenes, y relata el que sería el primer de siete cuentos: Aristómenes encuentra a Sócrates sucio como un vagabundo y tras limpiarlo, descansan en un lugar donde una mujer le había robado con anterioridad a Sócrates. Era una bruja, quien con una acompañante mata a Sócrates en medio de la noche, pero deja vivo a Aristómenes. Ambos despiertan y creen que todo fue un mal sueño, pero se llevan una sorpresa al ver que sí pasó en realidad.

Este es el primer señalamiento de la magia, que si bien no es predominante en la obra, es fundamental para el desarrollo de esta. A lo largo de la historia, Lucio, por su enorme curiosidad, rechaza bienes seguros o sufre muchas calamidades, incluyendo la primera y peor de todas: ser transformado en un asno.

La novela, compuesta de once libros, tiene un estilo uniforme en los primeros diez: tono picaresco, la trama se revuelve en un ir y venir de tragedias y victorias para el infeliz Lucio. Se tratan temas tan variados como la brujería, situaciones comunes en ese tiempo como bandas de ladrones o el pueblo que pide justicia, la pobre situación de la gente del campo, los lujos de la gente bien acomodada y los amoríos que solían tener las esposas de los hombres ricos. Lucio, un hombre honesto y sabio, cuyo único pecado quizá fue saber siempre más, goza de buena suerte por un momento para caer en un infortunio y así sucesivamente, similar al Cándido de Voltaire.

La obra posee mucha imaginación y humor irreverente, pero no llega a lo grotesco, a pesar de tener algunas escenas explícitas, como un Aristómenes orinado por la bruja o Apuleyo convertido en burro y teniendo relaciones con una mujer.

La diosa Isis.
El último libro, sin embargo, tiene un estilo más serio donde por fin Lucio obtiene la salvación y burla a la Fortuna, quien tanto lo había atormentado. Se abandona la brujería y se adopta la religión, detalle que le da un final feliz al protagonista. Parece ser una lección apolínea, pues además de rendir culto a los dioses, Lucio se mesura, no solo en cuanto a placeres como mujeres, comida y vino, sino también aplaca su curiosidad. Algunos sostienen que este libro es autobiográfico y cuenta la conversión e iniciación de Apuleyo hacia los mitos de Isis, lo que explicaría la naturaleza tan distinta de este libro a comparación de los demás.

Como coincidencia, en realidad parece que es la Fortuna quien le sonríe, pues al inicio del relato un adivinador le dice a Lucio “que alcanzaría una brillante reputación, que mis aventuras servirían de texto a una larga historia, de fábula inverosímil, y que yo sería el héroe de un libro”; detalle que parece resumir la novela.

La narración es agradable y variada, pues Lucio es el narrador pero otros personajes toman la palabra, sobre todo para contar uno de los cuentos o para explicar una situación que importa en la trama, además de los graciosos comentarios de Lucio: “¿qué le importa al lector las observaciones de un burro?

El final no es tan emocionante como el resto de la historia, pero en la conversión del personaje se nota un gran simbolismo. El autor cumple cabalmente con lo que desea al inicio, no aburrir, gustar al lector.

Por último, El asno de oro es notable por ser una de las primeras novelas picarescas, y por ser la primera en contar el mito de Eros y Psique. Definitivamente, Apuleyo fue pionero y con razón, el escritor romano más importante del siglo II, quien se ganó su fama a pulso.

Enlace a la novela completa: El asno de oro


(Reseña por Gabriel Flores)

Lucrecio

Tito Lucrecio Caro (99 a. C. - 55 a. C.), poeta y filósofo romano.
Es autor de un largo poema didáctico, De rerum natura (Sobre la naturaleza de las cosas), en algo más de 7.400 hexámetros distribuidos en seis libros, acaso la mayor obra de la poesía de Roma. En este poema se divulgan la filosofía y la física atomistas que había tomado Epicuro de Demócrito. El único texto que poseemos del poema se ha transmitido gracias a Cicerón, quien preparó su edición a la muerte del poeta, y al humanista Poggio Bracciolini, que lo copió en 1418 del único códice conservado. En deliberado contraste, se inicia con un himno a la diosa Venus generatriz y termina con una descripción de la peste de Atenas.
Son pocos y dudosos los datos biográficos que se conservan de Lucrecio y fundamentalmente recogidos por San Jerónimo. Según ellos, enloqueció al beber un filtro de amor y se suicidó; pero esta información tiene todo el aspecto de haber sido compuesta ad hoc para explicar la sombría visión que ofrece del amor en su célebre poema. La tradición ha defendido que padecía algún tipo de enfermedad mental, que podría ser o no de origen físico (como la epilepsia), tratando de desprestigiar así una visión de las cosas tan alejada del dogma de fe.
Su tercer nombre, Caro, era propio de las clases bajas, pero Lucrecio tenía una extensa cultura, que no era fácil de adquirir para las clases desfavorecidas. Se ignora si era originario de la misma Roma o de alguna provincia, pero es indudable que Lucrecio vivió en Roma y resulta evidente, por la franja de fechas en que se desarrolló su vida, que debió asistir a las guerras civiles romanas, a las revueltas de Mario y Sila, a la conjuración de Catilina y a la ascensión de Julio César.
También afirma San Jerónimo que Cicerón ordenó el texto en seis libros y editó el poema. El primer libro comienza con una invocación a Venus como fuerza germinadora de la naturaleza y trata de cómo todo está compuesto de átomos y devacío. El libro segundo trata del movimiento y agrupaciones de los átomos. El tercer libro habla sobre el alma, que es mortal. El cuarto sobre la teoría de la sensación, el quinto sobre el mundo y el sexto sobre diversos fenómenos atmosféricos y las enfermedades, terminando con un sombrío panorama sobre los estragos de la peste en Atenas, en deliberado contraste con el inicio.
Los análisis a la obra de poetas posteriores demuestran que le habían estudiado a fondo. A él alude Virgilio cuando escribe:

Felix qui potuit rerum cognoscere causas
atque metus omnes, et inexorablile fatum
subiecit pedibus, strepitumque Acherontis avari!
Geórgicas, lib. II.
Utiliza comparaciones para aliviar la árida materia abstracta de la obra, mezclando, con una imagen que más tarde tomará Horacio, lo útil con lo dulce de la misma manera que un médico mezcla dulce miel en las agrias medicinas que administra. También es citado en numerosas ocasiones por Montaigne a lo largo de sus Ensayos (1595). La obra de Lucrecio, materialista e irreligiosa, fue traducida por el afrancesado y revolucionario jacobino español José Marchena a principios del siglo XIX en endecasílabo blanco con la intención de combatir el catolicismo de sus compatriotas. También es importante, por sus méritos filológicos y por sus caudalosas notas, la versión bilingüe del humanista inglés John Mason Good, (Londres, 1805, 2 vols.) y, por fin, la edición filológicamente impecable de Carl Lachmann (Berlín, 1850).
La intención de Lucrecio, como ya señaló Virgilio, es liberar al hombre del miedo a los dioses y a la muerte, causas, según él, de la infelicidad humana. ("Está bien ver al navegante lejano luchar contra la borrasca y naufragar, no porque nos alegremos del mal ajeno, sino porque es bueno hallarse libre de tormentos"). El texto pertenece al género del perifíseos griego, poemas o textos de filósofos presocráticos que intentaban explicar el origen del mundo. Representa el cosmos como un conjunto fortuito de átomos que se mueven en el vacío ("Ninguna cosa nace de la nada", verso 211; "De la nada, nada puede hacerse", verso 219; "Nada puede a la nada reducirse / ni alguna cosa hacerse de la nada", versos 1071 y 1072). El alma es material y no sobrevive al cuerpo. Los fenómenos tienen todos causa natural. Si existen los dioses, estos no intervienen en los asuntos de los mortales. La triste visión del amor humano que ofrece ha intrigado a los especialistas. En general, Lucrecio es considerado uno de los tres grandes poetas del ateísmo, junto a Ludwig Feuerbach y Thomas Hardy.

Horacio

Quinto Horacio Flaco (en latín Quintus Horatius Flaccus) (Venusia, hoy Venosa, Basilicata, 8 de diciembre de 65 a. C.  Roma,27 de noviembre de 8 a. C.), fue el principal poeta lírico y satírico en lengua latina.
Fue un poeta reflexivo, que expresa aquello que desea con una perfección casi absoluta. Los principales temas que trata en su poesía son el elogio de una vida retirada («beatus ille») y la invitación de gozar de la juventud («carpe diem»), temas retomados posteriormente por poetas españoles como Garcilaso de la Vega y Fray Luis de León. Escribió, además, epístolas (cartas), la últimas de las cuales, dirigida «A los Pisones», es conocida como Arte poética.
Su obra poética no se redujo al subgénero de la lírica, sino que también tocó otros aspectos del conocimiento. Los críticos proponen dos periodos de su producción.
Un primer período en el que compuso las Sátiras, poesía crítica con abundantes elementos autobiográficos que persigue un fin moral y los Epodos, composiciones de carácter lírico en las que tampoco está ausente la crítica social. El epodo es una composición de origen griego destinada al insulto y al improperio. Alguno de los epodos de Horacio conservan este carácter, pero otros son de carácter eminentemente lírico. Destaca aquel cuyo comienzo, Beatus ille, ha dado nombre a un tema literario, la alabanza de la vida en el campo.
En el segundo periodo escribiría las Odas y las Epístolas. Las odas son composiciones de carácter lírico que constituyen la obra cumbre de la lírica latina. Son cuatro libros con un total de 104 odas. En ellos se jacta de haber sido el primero en trasplantar al latín la lírica eolia en su conjunto, imitando los temas y los metros líricos griegos, sobre todo de Alceo, Safo y Anacreonte. Horacio tiene conciencia de que sus odas son lo mejor de su obra y afirma que serán más duraderas que el bronce.
En las Odas el componente fundamental es el lírico. Podemos agrupar las odas en varios grupos temáticos: alabanza de Augusto, elogio de la amistad, tema filosófico y moral, el amor, y finalmente el campo y la naturaleza. Expone el poeta su filosofía de la vida: hay que saber hacer uso de las riquezas y ser generoso; no hay que dejarse abatir por la adversidad y debe uno gozar de los bienes presentes, que son precarios; lo mejor para ser feliz es la «áurea medianía» («aurea mediocritas»). Hay una invitación a gozar del momento presente, ya que el día de mañana es incierto: «carpe diem». Este tema tendrá gran fortuna en la literatura universal.
Las Epístolas son la poesía de la reflexión moral y filosófica. Entre éstas últimas destaca Epistula ad Pisones, más conocida como Arte poética, en la que sienta principios de preceptiva literaria que han tenido durante siglos pervivencia en nuestra cultura.

Plauto

Plauto:
 Tito Maccio Plauto (Titus Maccius Plautus, en latín) (Sársina, Romaña,254 a. C.  Roma, 184 a. C.) fue un comediógrafo latino.
No se conoce sino como aproximación la fecha de su nacimiento; se ha fijado la de 254 a. C. por una noticia de Cicerón(Brutus, 60) y sabemos que murió en el consulado de Plauto Claudio y L. Porcio, siendo censor Catón, es decir, en el 184 a. C. Ciertamente este lapso vital corresponde a un periodo históricamente muy revuelto: la II Guerra Púnica (de la derrota de Cannas, 216, a la victoria del Metauro, 207, y Zama, 202) y la primera afirmación de la intervención romana en Grecia y en el Oriente helenístico. Se trasladó a Roma de joven y allí fue soldado y comerciante. El amplio conocimiento del lenguaje marinero que atestiguan sus obras confirma este último dato, y posiblemente también realizó viajes por el Mediterráneo. Se arruinó y tuvo que empujar la piedra de un molino al tiempo que empezaba a escribir comedias palliatas adaptadas del griego. Su enorme éxito le valió salir de molinero para consagrarse a este nuevo oficio y murió prácticamente rico con más de setenta años, envuelto en una gran popularidad. Aunque hay otros eruditos que piensan que probablemente al usar la expresión latina "empujar la piedra del molino", nuestro autor se refería a su extrema pobreza y no al trabajo literal como esclavo encargado de girar las muelas de los molinos.
Obra:
Si bien se le atribuyeron hasta 130 obras, ya Varrón en el siglo I, en su monografía De comoediis Plautinis, redujo su número a las 21 que se tienen por auténticas, separando de este grupo otras que se debían a sus imitadores Cecilio y otros ingenios. En De comoediis Plautinis distinguió tres grupos entre las obras atribuidas a Plauto: las inequívocamente suyas (21 comedias); un segundo grupo de 19 obras, en las que reconocía la paternidad plautina por razones históricas y estilísticas; y un tercer grupo de obras, las restantes, que consideraba espurias. Se han conservado enteras las comedias del primer grupo (denominadas fabulae Varroniatae), a excepción de la Vidularía, que por su posición en el arquetipo de los manuscritos se encuentra gravemente dañada. Plauto se inspiró en los autores de la Comedia nueva griega, principalmente en Menandro, pero también en Dífilo o Filemón entre otros, y más ocasionalmente también en la comedia media (Antífanes), mezclando a veces dos obras en una sola (contaminatio). No se limitó a traducir, sino que adaptó los originales al gusto romano, e introdujo canciones y danza (por ejemplo, la danza de esclavos y de cocineros en la Aulularia). Por eso en muchos textos plautinos se contienen indicaciones escénicas. En las últimas piezas de Plauto, los cantica ocupan mayor espacio, siempre con una enorme diversidad métrica (anapestos, créticos, baquios) que enriqueció la lengua latina con esquemas desconocidos entre los mismos griegos. En esto sí el teatro plautino simula la gran polimetría de la comedia antigua griega de un Aristófanes. A decir de los antiguos, tanta fue su estimación durante todo el Imperio, que algunos autores llegaron a afirmar que si las Musas hablaran latín lo harían con el estilo de Plauto.
La complicación de las tramas a causa de la contaminatio obligó a Plauto no pocas veces a poner un pequeño prólogo declamado por un actor, cuya función era explicar los argumentos demasiado complejos para que el público no se desorientara.
Plauto usa un rico y vistoso lenguaje de nivel coloquial que no elude la obscenidad y la grosería entre retruécanos, chistes, anfibologías, parodias idiomáticas y neologismos, usando un vocabulario muy abundante de una gran variedad de registros. Emplea con preferencia la aliteración, la asonancia y el asíndeton, imprimiendo a su estilo un sello inconfundible. Es un psicólogo penetrante en obras que anuncian ya la comedia de carácter o comedia de figurón, como es el caso de Aulularia sobre el tipo universal del avaro o Miles gloriosus sobre otro tipo eterno, el gilipollas o fanfarrón; la mezcla de dos acciones en una sola obra hizo de él el primer creador de la técnica del imbroglio o enredo, que tanto juego ofrecerá en la comedia. Algunos personajes como el esclavo liante, desvergonzado y diabólicamente astuto, presagian ya el personaje del gracioso en la comedia del Siglo de Oro español, y otros, como el parásito, derivarán en el del pícaro. Muchas de estas comedias terminan con una feliz anagnórisis o agnición o con la burla a un viejo.
Las obras de Plauto son menos refinadas pero más cómicas que las griegas. Sus personajes son los mismos que en las comedias griegas: jóvenes alocados y calaveras, cortesanas, alcahuetes, flautistas, traficantes de esclavos o lenones, esclavos diabólicamente astutos que sacan siempre las castañas del fuego a sus señores, comerciantes, viejos verdes y gruñones, parásitos, soldados fanfarrones, etc.; el argumento estaba lleno de situaciones de enredo, engaños y confusiones. Pero Plauto añade variedad y originalidad a los temas y a los personajes siempre con la intención de hacer reír al público romano. La obra de Plauto influyó en las comedias medievales de la monja Hrostsvita y en las comedias humanísticas que se componían en latín en las universidades como trabajo de fin de curso y en el Renacimiento. Hay mucho de Plauto, por ejemplo, en El avaro de Molière, en Giovanni Boccaccio y en las comedias de Shakespeare.

Análisis de su producción 

Las comedias auténticas de Plauto son Anphitruo o Anfitrión, Asinaria, Aulularia o La olla, Bacchides, Captivi o Los cautivos, Casina, Cistellaria, Curculio o El gorgojo, Epídico, Estico, Menecmos, Mercator, Miles gloriosus o El soldado fanfarrón, Mostellaria o El aparecido, Poenulus, Pseudolus o El trapalón, Persa, Rudens, Trinummus, Truculentus y Vidularia.
·         Asinaria, basada en El arriero de Demófilo, cuenta las peripecias del viejo Demetrio, marido obtuso, que dominado por una esposa altiva, trata de sustraerle las veinte monedas que le ha reportado la venta de unos asnos, pues él desea obsequiarlas a su hijo, cuyas calaveradas alienta.
·         En El Mercader, fundada en una obra homónima de Filemón, un joven ha comprado en un viaje una hermosa esclava y desea llevarla a su casa como sirvienta de su madre, pero el padre del joven se la quiere quitar al hijo.
·         La Escota, fundada en las Synaristosai, de Menandro, es quizá la obra maestra de Plauto. En ella un pescador saca de las aguas una valija que contiene juguetes de la hija de su amo, que ha sido raptada. Devuelta por las aguas después de una naufragio, esta niña llega a ser, sin saberlo, cliente de su padre.
·         Anfitrión inspiró a Molière y Giraudoux, y es la única comedia mitológica de Plauto. Narra cómo Júpiter, para seducir a Alcmena, esposa del general Anfitrión, se hace pasar por éste adoptando mágicamente sus rasgos y acompañado de Mercurio, disfrazado como su criado Sosia, generando todo tipo de confusiones y enredos contra los verdaderos y burlados personajes que suplantan.
·         Los dos Menecmos, imitada por William Shakespeare en su Comedia de los errores, es un enredo fundado en los malentendidos a que dan lugar dos gemelos que vivieron separados durante mucho tiempo y se vuelven a encontrar en una ciudad.
·         El soldado fanfarrón es la obra más antigua de Plauto, (en torno al 205 a. C.) y es una farsa o comedia de carácter cuya víctima es un falso héroe y engreído soldado, Pirgopolínice, de quien todos se burlan solapadamente, empezando por su criado Palestrión, que había hecho una abertura en la pared para que su anterior amo pudiera visitar a su prometida.
·         El Cofre es una comedia fundada en la anagnórisis o agnición de una doncella que había sido abandonada, cuando niña, en un cesto de juguetes.
·         Estico, representada en el año 200, refiere la historia de dos hermanas a quienes su padre reprocha ser fieles a sus maridos cuando éstos las han dejado solas impulsados por la pobreza, ya que han tenido que emigrar a otro país. Regresan enriquecidos y recompensan así su virtud.
·         El persa es una farsa urdida contra el avaro Dordalus, burlado por un amigo que se había disfrazado de mercader persa.
·         En Epídico, un anciano compra a una esclava que tañe la lira creyendo que es su hija perdida. El joven que le ha vendido utiliza el dinero para comprar a su hermana, a quien no conoce. El anciano ha sido engañado, pero la muchacha es reconocida, y el esclavo que armó la tramoya es libertado.
·         En Aulularia o La comedia de la olla, nos hallamos ante otra comedia de personaje, un viejo avaro, que inspiraría la famosa comedia de Molière. El avaro encierra su tesoro en una marmita en vez de un cofre, y, mientras es rico, no da su permiso para que se realice un matrimonio; le roban el dinero y con ello da su permiso para que los jóvenes se puedan casar.
·         En El aparecido el esclavo Traunión hace creer a su amo, Filolaclés, a su regreso de un viaje, que hay fantasmas en la casa para poder así explicar las calaveradas de su joven amo. Éste es el punto de partida de intrigas y enredos en los que Plauto ha puesto de manifiesto todo su virtuosismo, y que han inspirado a Regnard.
·         El gorgojo narra las aventuras de un parásito, auténtico precedente del pícaro, un hombre sin escrúpulos de imaginación fecunda, que vive de su astucia e ingenio.
·         Pseudolus o El enredón o El trompicón, representado por vez primera en 191, refiere las intrigas y mentiras del esclavo Pseudolus. Éste sustrae dinero al viejo Simón u al inescrupuloso Ballion.
·         Los cautivos representa cómo pese a las fechorías del esclavo Stalagmus, el anciano Hegión encuentra y libera a su hijo.
·         Rudens o El cable, inspirada en una obra de Dífilo, cambia el usual escenario urbano por un pueblo de la playa, donde se fragua una historia de anagnórisis o reconocimiento.
·         El joven cartaginés cuenta cómo el anciano Hannon descubre que dos de sus esclavas son sus propias hijas, que habían sido víctimas de un rapto, y encuentra a su sobrino, que ama a una de ellas. Es una comedia importante también por conservar un pasaje en la desaparecida lengua púnica traducido al latín.
·         Trinummus o El hombre de los tres denarios, fundada en la obra El tesoro de Filemón, cuenta entre cómicas aventuras como un tesoro es devuelto a su legítimo dueño. Esta comedia fue imitada por Andrieux en su obra El Tesoro.
·         En Casina, dos esclavos de la misma casa persiguen a la misma esclava, uno en provecho del padre; otro, en pro del hijo; aunque la suerte favorece al anciano, finalmente éste será vencido por la astucia del esclavo.

Personajes 

·         El joven (adulescens)
·         El viejo (senex)
·         El esclavo (servus)
·         La joven (virgo, puella, meretrix)
·         La madre de familia (uxor, matrona)
·         El parásito
·         El soldado (miles)
·         El lenón (leno)
·         El banquero (trapezita, danista)
·         El cocinero (coquus)

Obras 

Primero cabe decir que los manuscritos nos han transmitido sus comedias en orden alfabético, y no de manera cronológica (lo que implica grandes debates y críticas entre los estudiosos y editores), y así se recogen en las ediciones y traducciones completas. Según Aulo Gelio, el sarsinate escribió unas 130 comedias.
·         Amphitruo
·         Addictus
·         Asinaria
·         Aulularia
·         Bacchides
·         Captivi
·         Casina
·         Curculio
·         Epidicus
·         Menaechmi
·         Mercator
·         Miles Gloriosus o El soldado fanfarrón
·         Mostellaria
·         Persa
·         Poenulus
·         Pseudolus
·         Rudens
·         Saturio
·         Stichus
·         Trinummus