miércoles, 5 de junio de 2013

El asno de oro: magia y rituales


El asno de oro, también conocido como “La metamorfosis”, es una novela de Lucio Apuleyo. Fue escrita en el siglo II d. C. y es la única novela latina completa que se ha encontrado.

La historia, posiblemente una adaptación de un trabajo original griego, tiene fecha de creación imprecisa, algunos afirman que fue escrita en los años 158 o 159 mientras otros sostienen que fue al final de la carrera de Apuleyo, entre 170 y 180. El autor del trabajo que posiblemente inspiró El asno de oro es Lucio de Pratae, pero se desconoce si era el nombre del autor o del protagonista de la obra. Precisamente, el praenomen de Apuleyo, Lucio, se toma del protagonista de esta novela.

La novela tiene características de la novela picaresca, además de tener episodios que aluden a hechos famosos, todos entretenidos, y que le dan un carácter chusco a la obra, a pesar de que muchos son tragedias.

Son incluso estas historias alternas, que aparecen como pequeños cuentos y podrían haberse publicado independientes, los que mantienen al lector interesado y entretenido, pues si bien pueden parecer completamente ajenos a la trama, están en cierta manera involucrados y hacen más rica la obra; pero de forma que no distraen de la historia principal.

La historia comienza con Lucio, quien se dirige a Tesalia por asuntos de negocio, cuando se encuentra con dos viajeros. Uno de ellos es Aristómenes, y relata el que sería el primer de siete cuentos: Aristómenes encuentra a Sócrates sucio como un vagabundo y tras limpiarlo, descansan en un lugar donde una mujer le había robado con anterioridad a Sócrates. Era una bruja, quien con una acompañante mata a Sócrates en medio de la noche, pero deja vivo a Aristómenes. Ambos despiertan y creen que todo fue un mal sueño, pero se llevan una sorpresa al ver que sí pasó en realidad.

Este es el primer señalamiento de la magia, que si bien no es predominante en la obra, es fundamental para el desarrollo de esta. A lo largo de la historia, Lucio, por su enorme curiosidad, rechaza bienes seguros o sufre muchas calamidades, incluyendo la primera y peor de todas: ser transformado en un asno.

La novela, compuesta de once libros, tiene un estilo uniforme en los primeros diez: tono picaresco, la trama se revuelve en un ir y venir de tragedias y victorias para el infeliz Lucio. Se tratan temas tan variados como la brujería, situaciones comunes en ese tiempo como bandas de ladrones o el pueblo que pide justicia, la pobre situación de la gente del campo, los lujos de la gente bien acomodada y los amoríos que solían tener las esposas de los hombres ricos. Lucio, un hombre honesto y sabio, cuyo único pecado quizá fue saber siempre más, goza de buena suerte por un momento para caer en un infortunio y así sucesivamente, similar al Cándido de Voltaire.

La obra posee mucha imaginación y humor irreverente, pero no llega a lo grotesco, a pesar de tener algunas escenas explícitas, como un Aristómenes orinado por la bruja o Apuleyo convertido en burro y teniendo relaciones con una mujer.

La diosa Isis.
El último libro, sin embargo, tiene un estilo más serio donde por fin Lucio obtiene la salvación y burla a la Fortuna, quien tanto lo había atormentado. Se abandona la brujería y se adopta la religión, detalle que le da un final feliz al protagonista. Parece ser una lección apolínea, pues además de rendir culto a los dioses, Lucio se mesura, no solo en cuanto a placeres como mujeres, comida y vino, sino también aplaca su curiosidad. Algunos sostienen que este libro es autobiográfico y cuenta la conversión e iniciación de Apuleyo hacia los mitos de Isis, lo que explicaría la naturaleza tan distinta de este libro a comparación de los demás.

Como coincidencia, en realidad parece que es la Fortuna quien le sonríe, pues al inicio del relato un adivinador le dice a Lucio “que alcanzaría una brillante reputación, que mis aventuras servirían de texto a una larga historia, de fábula inverosímil, y que yo sería el héroe de un libro”; detalle que parece resumir la novela.

La narración es agradable y variada, pues Lucio es el narrador pero otros personajes toman la palabra, sobre todo para contar uno de los cuentos o para explicar una situación que importa en la trama, además de los graciosos comentarios de Lucio: “¿qué le importa al lector las observaciones de un burro?

El final no es tan emocionante como el resto de la historia, pero en la conversión del personaje se nota un gran simbolismo. El autor cumple cabalmente con lo que desea al inicio, no aburrir, gustar al lector.

Por último, El asno de oro es notable por ser una de las primeras novelas picarescas, y por ser la primera en contar el mito de Eros y Psique. Definitivamente, Apuleyo fue pionero y con razón, el escritor romano más importante del siglo II, quien se ganó su fama a pulso.

Enlace a la novela completa: El asno de oro


(Reseña por Gabriel Flores)

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